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Películas con las que, también, aprenderás algo de historia

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Películas con las que, también, aprenderás algo de historia

Mensaje por pp4 »

El cine sirve para muchas cosas, nos emociona de muchas maneras y, también, nos sirve para conocer a personas, ideas, lugares, historias... Igual que ver cine de todo el mundo nos ayuda a viajar y ver de todas las épocas es lo más parecido que tenemos a una máquina del tiempo, lo cierto es que el séptimo arte puede ser ideal para aprender historia.

No, no nos referimos a películas y reportajes didácticos, libros de texto en cinta que, seguro, muchos profesores encuentran útiles para sus clases. Aquí lo que hemos querido seleccionar son grandes películas históricas que, ya sea por sus ideas, su visión o su argumento, nos pueden ayudar a saber y, sobre todo, comprender más de la historia. Una lista en la que es igual de importante lo que se trata como el sesgo ideológico de quien lo hace.

‘12 años de esclavitud’ (Steve McQueen, 2013)
Hay muchas películas que hablan de la esclavitud. Lamentablemente, la mayoría caen en el llamado "salvador blanco". Aunque en esta oscarizada cinta la figura de Brad Pitt cae un poco en ese tópico, lo cierto es que es a través de su genial reparto afroamericano como podemos llegar a ver, no ya la crueldad de la esclavitud, sino también su gratuidad, su inconsistencia, su absurdo horror. Todo, además, basado en una historia real.

‘300’ (Zack Snyder, 2006)
Sí, está claro que la película de Zack Snyder no se caracteriza por su rigor histórico. Sin embargo, detrás de las imágenes espectaculares, el tono épico y los abdominales digitales, todos nos quedamos con la noción de las disputas de las ciudades estado griegas y conocimos su enfrentamiento contra los persas liderados por Jerjes. Además de que la Batalla de las Termópilas existió de verdad. Aunque a diferencia de lo que se ve en la película, en ella también lucharon atenienses, la película hizo bien en enseñarnos que fue uno de los hechos más importantes a la hora de unir a los pueblos griegos.

‘Apocalypse Now’ (Francis Ford Coppola, 1979)
La guerra se ha retratado de infinitas maneras y puede que esta no sea la más didáctica ni refleje ningún hecho histórico particular más que una colección de anécdotas de veteranos anónimos. Sin embargo, como Coppola afirmó de su película, "está no es una película sobre Vietnam, es Vietnam". Ninguna otra cinta bélica ha sabido capturar de forma tan apasionante el absurdo, la locura, el horror y la aventura de un conflicto bélico. Además, es de las pocas cintas americanas sobre dicha guerra que también trata (en la versión Redux al menos) el papel de los colonos franceses.

‘Cartas desde Iwo Jima’ (Clint Eastwood, 2006)
Lo más interesante de esta película de Eastwood, que hace un díptico con 'Banderas de nuestros padres', es la dignidad con la que retrata la derrota y la inútil resistencia de los japoneses en el final de la II Guerra Mundial. Todo un homenaje a esos que siempre aparecen como "los otros" en el cine.

‘Centauros del desierto’ (John Ford, 1956)
Además de una absoluta lección de cine, la enorme película de John Ford está plagada de referencias históricas de las que aprender mucho. Para empezar, el protagonista, John Wayne, parece no haber superado aún la Guerra de Secesión. Su alienación social lo convierte en el héroe de una película que, a la vez, versa sobre su odio y racismo acumulado, en este caso frente a los nativos americanos que han secuestrado a su sobrina. El colonialismo, la lucha con los indios por el territorio y lo que significó la guerra y la postguerra civil para toda una sociedad no es de lo que trata esta película, pero está allí, sosteniéndola.

‘Dunkerque’ (Christopher Nolan, 2017)
Habitual de las fantasías de ciencia ficción, Nolan se aproximó a su primera película histórica creando un montaje de tiempos y situaciones cronológicas algo arbitrario. Pero más allá de efectismos gratuito, el inglés consiguió realizar un espectacular retrato de la angustia de una ingente cantidad de hombres, literalmente, entre la espada y la pared. Una derrota que acabó convertida en heroicidad, una humillación que subió la moral de los aliados, en definitiva, un brillante homenaje a un gran momento de la II Guerra Mundial.

‘El acorazado Potemkin’ (Sergei M. Eisenstein, 1925)
Película clave para entender, no ya el cine soviético sino el cine en general, la gran obra de Eisenstein se trata, al fin y al cabo, de una película propagandística que narra con heroicidad la revuelta del Potemkin en 1905, uno de los grandes antecedentes de la revolución soviética.

‘El triunfo de la voluntad’ (Leni Reifenstahl, 1935)
Al contrario que el 'Acorazado Potemkin', cuya heroica historia propagandista no tiene nada de ofensivo, somos conscientes de que esta película está repleta de mensajes y discursos absolutamente abyectos. Al fin y al cabo, es una filmación del congreso del Partido Nazi en Nuremberg en 1934. Sin embargo, la excepcional filmación de Leni Reifenstahl nos sirve para entender toda la estética e ideología del movimiento de primera mano. Vista con un punto obligatoriamente crítico, nunca se ha filmado mejor un evento, y más uno que ahora solo se puede ver como una espectacular cinta de terror.

‘El gatopardo’ (Luchino Visctoni, 1963)
Hay pocos retratos tan acertados sobre el comienzo del fin para la aristocracia que este monumento cinematográfico de Visconti, un noble obsesionado con la merecida decadencia de los suyos. Alain Delon, Claudia Cardinale y Burt Lancaster son los principales rostros para reflejarlo a través de la unificación italiana de finales del siglo XIX.

‘El intendente Sansho’ (Kenji Mizoguchi, 1954)
Estamos hartos de ver historias de geishas y samuráis del japón Medieval como si este fuese un todo del que no nos hace falta saber nada más. Aquí Mizoguchi, además de crear uno de los mejores melodramas de la historia del cine, nos sitúa muy bien el contexto político de Japón en el siglo XII, un país dividido entre el poder del emperador (y los terratenientes como el que da nombre a la película), y los gobernadores regionales como el padre del protagonista. También es un retrato sobre la esclavitud del pueblo, su liberación y el fuerte poder de la educación.

‘El hundimiento’ (Oliver Hirschbiegel, 2004)
Antes de que la escena del búnker se convirtiese en un meme, Bruno Ganz ya había hecho con su magistral encarnación de Hitler que fuese difícil no recordar al líder nazi con su rostro, y lo decimos como un elogio. Habituados a ver películas desde el heroico lado de la victoria o a dignificar la derrota, Hirschbiegel dio una auténtica lección de cómo contar la historia desde un lado sin posicionarse del mismo, narrando la caída definitiva de Hitler desde dentro.

‘El nuevo mundo’ (Terrence Malick, 2005)
Aunque está inspirada en la famosa leyenda del amor de James Smith y Pocahontas, la película de Terrence Malick nos sirve como bello reflejo del choque cultural entre los colonos y los nativos. En contrato narra la fundación de Jamestown (Virginia) en 1907 y todo lo que ello supuso para los verdaderos habitantes de esa tierra.

‘El séptimo sello’ (Ingmar Bergman, 1957)
Más allá de la partida de ajedrez con la muerte, las discusiones sobre la condición humana, la búsqueda de Dios del caballero y el ateísmo descreído de su escudero, la obra maestra de Ingmar Bergman también es un interesante relato del medievo del norte de Europa, un continente asolado por la peste, cuyos soldados volvían de la Cruzadas al otro lado del mundo y en el que la religión era burda superstición y quema de inocentes.

‘El último Mohicano’ (Michael Mann, 1992)
Esta célebre película de Daniel Day-Lewis es una gran oportunidad para entender las disputas de la América colonial. La cinta de Michael Mann se sitúa en 1757 en plena batalla entre los ingleses y los franceses. Mientras que los nativos apoyan a estos últimos, el personaje de Day-Lewis es un blanco de raices anglosajonas criado por los mohicanos. En definitiva, que más allá de su relato bélico y de aventuras, supone un gran fresco sobre todas las culturas y sociedades que entraron en conflicto en una época que acabó dibujando Estados Unidos.

‘Érase una vez en América’ (Sergio Leone, 1984)
Nunca sabremos lo que nos podía haber llegado a contar Sergio Leone con las más de seis horas de montaje que le obligaron a cortar. Le quedaron casi cuatro en las que, a lo largo de varias décadas y un grupo de amigos, nos adentramos en lo fue el Nueva York de principios de siglo hasta el apogeo de mafiosos y contrabandistas de la Ley Seca.

‘Gangs of New York’ (Martin Scorsese, 2002)
Lo mismo que Leone pero un poco más atrás, hasta los principios fundacionales de Nueva York, es a donde nos lleva Martin Scorsese. Por encima de sus enfrentamientos violentos, la cinta es un retrato, explicitado en su plano final, de cómo Nueva York se fundó sobre la división entre los diferentes grupos de colones, que no paraban de llegar a un ciudad que surgió como un conjunto de guetos.

‘Good Bye Lenin’ (Wolfgang Becker, 2003)
Aunque se trate de una obra puramente de ficción, la cinta protagonizada por Daniel Brühl nos puede servir a muchos para comprender lo que significaba el Muro de Berlín. La historia de este hijo que debe ocultarle a su madre comunista el fin de la división nos sirve para comprender este choque de sistemas económicos, a escasos metros de distancia, que dividió la capital alemana durante décadas.

‘Hotel Rwanda’ (Terry George, 2004)
Estamos demasiado acostumbrados a oír tragedias del continente africano que olvidamos en un par de días. Quizás esta película ayude a que uno de los últimos genocidios que ha vivido la humanidad no desaparezca tan rápido de los recuerdos del primer mundo. Don Cheadle protagonizó esta historia, basada en hechos reales, sobre las terroríficas horas de una familia ruandesa durante la matanza de los hutu por parte de los tutsi en 1994.

‘¿Vencedores o vencidos?’ (Stanley Kramer, 1961)
Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich, Maximilian Schell, Judy Garland y Montgomery Clift encabezan el excepcional reparto de este excelso drama judicial que sirve como pocos para explicar los juicios de Nuremberg. Unos hechos que no solo nos enseñan lo que pasó al final de la II Guerra Mundial y ahondan en el grado de culpabilidad de todo el pueblo alemán, sino que también explican la injusticia judicial que significó el principio de lo que se convertiría en la Guerra Fría.

‘La batalla de Argel’ (Gillo Pontecorvo, 1966)
Aunque la polémica siempre esté servida, hay veces que es indiscutible que la diferencia entre terrorismo y resistencia al opresor solo depende del punto de vista. Jugar con eso es precisamente lo que hace Pontecorvo con el relato de un atentado del Frente de Liberación de Argelia contra las autoridades de ocupación francesas, toda una exhibición de tensión para crear un thriller muy político en la mejor acepción de la palabra.

‘Trilogía de La Condición humana’ (Masaki Kobayashi, 1959-61)
Quizás no haya nada mejor para entender la batalla geopolítica e ideológica que significó la segunda guerra mundial que seguir al protagonista de esta trilogía, un comunista convencido obligado a trabajar por el Imperio Japonés en un campo de prisioneros chinos en Manchuria. Después seguirá su obligación de participar en la guerra defendiendo un fascismo al que es contrario para acabar en un gulag, maltratado por los soviéticos cuyas ideas defendía. En definitiva, un tan completo como épico melodrama bélico que derrumba toda idea absoluta y muestra el sin sentido universal de cualquier guerra y acto violento.

‘La lista de Schindler’ (Steven Spielberg, 1993)
La aclamada cinta de Steven Spielberg es un desolador retrato de los campos de exterminio nazis, especialmente en las escenas del Comandante Goeth (Ralph Fiennes) y sus monstruosas acciones. Pero además del horror, la película encuentra en la heroica alianza de Schindler (Neeson) y Kingsley (Stern) una forma de homenajear a todos aquellos que se resistieron. Todo, basado en una historia real que se despide con el merecido homenaje a los que sobrevivieron... Y a los que no.

‘La misión’ (Rolanf Joffé, 1986)
Quizás no haya mejor película sobre las indias españolas, y lo que en su día se vendió como una cruzada religiosa del entonces Imperio, que está mítica cinta protagonizada por Robert De Niro y Jeremy Irons. El primero es un mercenario y esclavista en busca de perdón, el segundo un jesuita de firmes convicciones que consigue ser aceptado por los nativos. Evidentemente, la cosa no acaba muy bien.

‘La vida de los otros’ (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006)
Otra gran película sobre la distopía real que vivió centroeuropa con el muro. Esta vez mediante un espía de la RDA que, a través de sus escuchas a una pareja formada por un escritor (Sebastian Koch) y una actriz (Martina Gedenk), verá viendo como su propio mundo se derrumba.

‘Novecento’ (Bernardo Bertolucci, 1976)
Película ambiciosa donde las haya, la cinta de Bertolucci nos cuenta la dispar vida de dos amigos, Robert De Niro y Gérard Depardieu, cuya clase social les irá dividiendo hasta enfrentarlos a través de posturas ideológicas totalmente contrarias. Un gran relato, además, para ver la toma de conciencia de clase de las clases obreras y los campesinos a principios del siglo XX, y las múltiples luchas surgidas contra la tiranía de los patrones.

‘Quo Vadis’ (Mervyn LeRoy, 1951)
Los años 50 fueron en los que Hollywood más y mejor miró a la Antigua Roma. La mayoría de relatos, eso sí, se basaban más en cuentos bíblicos que en el mismo imperio. Robert Taylor y Deborah Kerr protagonizan la ineludible historia de amor con conflicto romano-cristiano incluido pero, si recordamos esta película, es por la excepcional encarnación de Peter Ustinov del Emperador Nerón, un déspota cuyo reinado acabó con el gran incendio de Roma.

‘Senderos de gloria’ (Stanley Kubrick, 1957)
Aunque '1917' ha servido para recordarnos el poder cinematográfico de la I Guerra Mundial, nadie nos metió en las trincheras como Kubrick en esta película que, además del ardor de la lucha, nos regala un genial retrato del despotismo de los oficiales a raíz de un juicio a tres soldados acusados de cobardía.

‘Soy cuba’ (Mikhail Kalatozov, 1964)
Además de contar con varias de las imágenes más espectaculares de la historia del cine, esta película soviética, homenaje a la Revolución Cubana, nos sirve para descubrir la visión comunista de la misma. La película no se centra en grandes héroes sino en historias para reflejar la sumisión del pueblo, explotado por el extranjero, y la heroica unión del mismo para echar a un dictador, aunque acabasen en manos de otro.

‘Uno, dos, tres’ (Billy Wilder, 1961)
La Guerra Fría y el Muro de Berlín también pueden quedar retratados con humor, especialmente si este nace de la cabeza "llena de cuchillas de afeitar" de Billy Wilder. Aunque el muro se levantó durante su rodaje, esta cinta de James Cagney ya se basa en el choque cultural del capitalismo y el comunismo en la ciudad. Todo en torno a un empresario de Coca Cola cuya hija se ha enamorado de un convencido comunista.

‘Vals con Bashir’ (Ari Folman, 2008)
La cinta del israelí Folman demostró que documental y animación no son conceptos contradictorios. Lo hizo para narrar en imágenes los recuerdos y testimonios surgidos alrededor de la matanza de refugiados palestinos en 1982, durante la Guerra del Líbano. Un bello retrato, repleto de sueños transformados en pesadillas, para aproximarse al horror de unos hechos que, depende a quien le preguntes, varían en la cifra de fallecidos, nada menos que entre los 450 y los 2.400 muertos. Una de las noches más terroríficas del siglo XX que, aunque sea de manera animada, no podemos olvidar.
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Re: Películas con las que, también, aprenderás algo de historia

Mensaje por Lordpedal »

Curioso cuanto menos, gracias por compartir el detalle

Un saludo
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hipolismata
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… la culminación de un fin es el comienzo de una realidad.
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