
El humorista estadounidense David Rees es una de las pocas personas del mundo que dedica su vida a afilar lápices de forma artesanal. El objetivo de su trabajo es garantizar la autenticidad del lapicero consiguiendo que la punta no se rompa al cortarlo. Aunque no te lo creas, este curioso trabajo está bastante bien pagado. El propio Rees confesó en una entrevista que le pagaban hasta 35 dólares por lápiz.