La muerte, (ojo solo en pantalla), de algunos personajes, ya sea en películas o series, es agradecida, jaleada y deseada por muchos espectadores. Veremos en este hilo algunos odiadisimos actores que por su interpretación el público siente una repulsa tan grande que solo desea su "muerte" cuanto más cruel, sangrienta y salvaje, mejor.

El fin de la tiranía del rey Joffrey de Juego de tronos



Tras cuatro temporadas cultivando y acrecentando el odio por este infame niñato venido a rey de los Siete Reinos, la venganza del espectador se sirvió en forma de copa de vino, ese que tanto gusta a Cersei. La Boda Púrpura supuso el culmen para una trama donde la veta sádica del personaje interpretado por Jack Gleeson llegase a su fin.


Gus Fring en Breaking Bad



Nunca Walter White se enfrentó a un enemigo tan meticuloso y peligroso como Gustavo Fring. Aunque el personaje de Giancarlo Esposito tenía medido y protegido cada aspecto de su negocio, nunca contó con las tretas del profesor metido a cocinero de metanfetamina.
El inquietante "filántropo chileno" mantuvo en vilo a los seguidores de la serie de Vince Gilligan tres temporadas mientras se iban descubriendo aspectos cada vez más oscuros de su personalidad que, al igual que el propio protagonista, se iban volviendo más peligrosos.

Una silla de ruedas, una mirada, una bomba camuflada y un timbre sirvieron para poner punto y final al empresario de la droga, cuya muerte fue espectacular. Tras la explosión quedará en la memoria cómo se colocaba la corbata con medio cuerpo consumido por el fuego.

Gemma paga su traición en Hijos de la anarquía



Nunca una madre había dado tantos quebraderos de cabeza a la audiencia. Matriarca de un clan motero y estandarte de su forma de vida, su filosofía la acercaba y alejaba de la audiencia a cada momento. Sin embargo, en ese mundo de dos aguas en el que no sabías si odiar o amar al personaje de Katey Sagal, su eterna fijación por proteger su modo de vida, mezclado con su fijación por Tara, condenaron al personaje al fatídico final. Durante la séptima y última temporada de la ficción protagonizada por Charlie Hunnam, las mentiras y manipulaciones de la líder motera pronostican una muerte tan esperada y poética que convierte el momento en el mejor de la serie.


Joanna Wellick en Mr. Robot



Fría, prepotente, calculadora, chantajista. Desde el principio la declaración de intenciones eran claras: deseo, ambición y poder eran los hilos que movían el mundo de la titiritera en la sombra de Tyrell Wellick. Su modus operandi ante cualquier situación a la que se enfrenta genera un odio que tiene pocas formas de transformarse en comprensión. Alentadora de la mentira y el juego sucio con tal de llegar a la cúspide, sus propias trampas terminan llevándola a su punto y final.

Ramsay Bolton y Meñique (juego de Tronos)



La evolución de Sansa Stark ha estado marcada por su mala suerte en 'Juego de tronos' al acompañarse de los personajes más cruentos y odiados de la serie. Cuando consigue escapar de las garras de Cersei y la muerte de Joffrey parecían darle un respiro a la mayor de las hermanas Stark, un bastardo con un perfil sádico tan marcado como el de su anterior prometido volvía a revolver el mundo del personaje.

Por la intervención de Meñique, Sansa llegaba a las manos del terrible nuevo dueño de Invernalia cuyos métodos de tortura marcaron su paso por el Reino del Norte. La Batalla de los Bastardos consiguió poner fin al dominio de terror de Ramsay con una muerte digna de su perversa mente. Igualmente, durante siete temporadas, Aidan Gillen hizo y deshizo a su antojo e interés las tramas políticas que concernían el Trono de Hierro. Finalmente, sus tejemanejes no pudieron con Arya y Sansa que se unían contra Meñique y sentenciaban su deseada muerte.


Dexter y El fin de Trinity



John Lithgow consiguió sorprender al público con su oscuro y terrorífico maligno Arthur Mitchell "Trinity" en la cuarta temporada de 'Dexter'. Este personaje llegó para relanzar la serie y lo cierto es que volvió a despertar un interés que se había perdido en la historia del forense justiciero. Una joven muerta en una bañera, una madre de dos hijos lanzada al vacío y un padre de dos niños apaleado hasta la muerte formaban parte de la marca de la casa de este asesino en serie que no hacía más que ser un reflejo del protagonista. Por fin, Dexter logra poner a Trinity sobre su mesa plastificada, dando un final más que deseado para el personaje de Lithgow.

Ralph Cifaretto en Los Soprano



En 'Los Soprano' los hombres competían para ver quién era el más repugnante, pero Ralph Cifaretto se llevó la palma. Adicto a la cocaína, a las prostitutas (y mata a una) y a los caballos (mata a uno para cobrar el seguro), siempre fue una molestia para Tony, pero era útil para sus planes. Hasta que no pudo más y el mafioso se vio obligado a asesinarlo con sus propias manos. Fue un respiro para todos.

Phil Leotardo en Los Soprano



Incluimos a otro personaje de 'Los Soprano' en la lista porque en esta serie no había más hueco para personajes repugnantes. Leo era un hombre terrible que hizo cosas atroces (como acabar con el pobre Vito) y se merecía todo lo malo que le pasase. Su muerte inicialmente nos supo a poco (recibió un tiro en la nuca) pero cuando su propia mujer le arrolló la cabeza sin querer nos quedamos más a gusto.

El Gobernador en The Walking Dead



Iba a ser el primer gran villano de 'The Walking Dead' pero en general su paso por la serie fue bastante decepcionante. No obstante, descubrimos su verdadera naturaleza poco a poco y, cuando finalmente nos enteramos de que era un lunático que tenía a su propia hija zombie encerrada en su casa, ya sabíamos que iba a durar poco en la serie. Su salida fue violenta, sangrienta y tan satisfactoria como cabría esperarse.

Agente June Stahl en Sons of Anarchy



En 'Sons of Anarchy' los malos eran malos, pero los buenos eran peores. Si no, que se lo digan a la agente del FBI June Stahl, decidida a acabar con las bandas de motoristas de California como fuera. Stahl era una agente sin escrúpulos y no tardamos en odiarla como personaje. Cuando trató de incriminar a Opie y esto desencadenó el asesinato de su mujer, escribió su sentencia de muerte.

Steve Newlin en True Blood



Este ser rastrero y oportunista no cambió ni un ápice ni cuando fue convertido en vampiro, a pesar de haber sido uno de los estandartes de la cruzada antivampiros en la serie. Su muerte, abrasado por la luz del sol a manos del hombre al que decía amar y ante los ojos de su exmujer, no podría haber sido más poética.

Stringer Bell en The Wire



Era imposible no cogerle cariño al aparentemente amable y muy atractivo Stringer Bell, (Idris Elba), pero el mafioso se tomaba su trabajo muy en serio y no dudaba en acabar con sus enemigos, fueran quienes fueran. Bell fue asesinado en uno de los edificios de su negocio inmobiliario porque, aunque él quería demostrar que era más que un gánster callejero, recibió la misma muerte que si fuera uno de ellos.