—Oye amigo, ¿qué harías si sabes que tu mujer te engaña?
—¡Le doy una paliza al amante!
—¿Y si el amante es karateca?
—Que va a ser karateca ese flaco idiota...

—Manolo, ¿te gustaría participar en un trío esta noche?
—¡Si! ¡Claro!
—Bien, entonces ven esta noche en mi apartamento... Trae a tu mujer...

- ¿Qué vio en mis radiografías, doctor?
- Creemos que tiene el mal de Wilkinson.
- ¿Y eso qué es?
- No tenemos ni la menor idea, señor Wilkinson.


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- Papá, ¿cuánto cuesta casarse?
- No tengo ni idea, hijo, ¡todavía no he acabado de pagar las consecuencias!

Una pareja de campesinos van montados en una burra, y de pronto ella pregunta:
—Oye Jose, ¿que es la reencarnación?
—Es la forma que tomamos después de morir. Por ejemplo: ¿ves esa vaca? pues ella podría ser tu tía. Ahora ¿ves esos cerdos? pues esos podrían ser tus primos.
La campesina empieza a llorar y él le pregunta:
—¿Y por qué lloras?
—Es que creo que podríamos estar montados en tu madre...!!!

Un hombre entra a una farmacia y dice:
—Señorita por favor ¿me vende unos preservativos talla XL?
—Con mucho gusto caballero, creo que hoy es su día de suerte. Me quedan los últimos y van con el número de mi móvil...




Un cura es enviado al polo sur. Un año más tarde le visita el obispo y le dice:
—Hijo mío, ¿Como la pasas en estas lejanías?
—De no ser por la compañía de mi rosario y mis dos coñac al día, estaría perdido. A propósito monseñor, ¿gusta un coñac?.
—Sí, te lo acepto encantado.
—¡Rosario!. ¡Tráele un coñac al obispo!

A ver, hijo, ¿cuánto es 4 por 4?
Empate.
¿Y cuánto es 2 por 1?
Oferta.

Un hombre está haciendo el examen para entrar en la marina:
- A ver, ¿cuántas anclas tiene un barco?
- mmmmmm... pues tiene once, señor.
- ¿Once? ¿Está usted seguro de eso?
- ¡Por supuesto señor! Por eso siempre dicen "eleven anclas"

Se encuentran dos bebes en el arenero y la bebé le dice al bebé:
Oye, me regalas un chocolate.
Y el bebé le responde:
¡No!
Y la bebé le dice:
Ánda, si me das un chocolate te doy un beso.
Y el bebé le dice:
¡Uy no, y con amenazas menos!

El célebre violinista polaco Juan Petnicoft, de paseo por la selva de África, se pierde.
De pronto, ¡ve un león! El violinista recuerda el dicho: “La música calma a las fieras”.
Desenfunda su violin y desgrana una bellísima melodía.
Comienzan a acercarse otros leones. Lentamente, se han acercado docenas de leones. Se ha formado una verdadera platea de leones sentados alrededor del violinista.
- ¡Dios mío, jamás pensé que este violín iba a salvarme la vida!
En ese momento, un león enorme aparece de entre
los arbustos. De un empujón, aparta a los leones que estaban sentados, se arroja violentamente sobre el violinista y se lo come.
Uno de los leones, todavía conmovido, comenta:
-¡Mierda! ¡Ya sabía yo que el sordo nos iba a arruinar el concierto!

En la sala de maternidad el jubiloso padre tomaba fotos de su bebé recién nacido. Le pregunta la enfermera:
¿Su primer hijo, señor?
No, ya tengo cinco, ¡Mi primera cámara!