Ha muerto Jeanne Moreau. No era muy bella pero confieso haber estado enamorado de ella en mi lejana juventud. Desprendía sensualidad y su voz ronca era inolvidable. Orson Welles la proclamó la mejor actriz del mundo, estuvo eminente con Buñuel en "Diario de una camarera", con Antonioni en "La noche", con Truffaut en "Jules et Jim". Envejeció con total dignidad en trabajos con Amos Gitai y Manoel de Oliveira. En Hollywood, como de costumbre con las grandes actrices auropeas, no supieron muy bien que hacer con ella. No importa nada. Jeanne Moreau, para mí, ha sido junto a Danielle Darrieux y Simone Signoret, la mejor actriz de la historia del cine francés. Jeanne Moreau, je t'aime, je t'aime. Pour toujours.