Películas célebres que cambió en Código Hays 1
Publicado: Mar, 27 Sep 2016, 11:27
Películas célebres que cambió en Código Hays 1
Por orden de cineastas
El Código Hays se impuso en 1935 y duró hasta 1967
Richard Brooks
Uno de los directores que más sufrió le censura del Código Hays y que afectó a varias de sus películas.
1951 El milagro del cuadro.- Brooks era un autor, y muchas veces excelente, que justamente padeció las prohibiciones del Código Hays cuando no ejerció como tal. Esta fue su segunda película, un simple encargo que devino en un agradable film aventurero con Stewart Granger, Pier Angeli y George Sanders. Los cortes infligidos convirtieron su anécdota en casi incomprensible. Una lástima. Brooks renegó de la película, pero más bien fue una rabieta porque el protagonista era Stewart Granger, casado entonces con Jean Simmons de la que Brooks estaba enamorado. No paró hasta que le birló la esposa al protagonista de “Las minas del rey Salomón”.
1958 Los hermanos Karamazov.- Brooks, escritor y hombre de cierta cultura, estaba ilusionado con llevar al cine la obra maestra de Dostoyewski. Lo que le permitieron fue un ridículo pastiche en el que el rijoso y violento personaje de Yul Brynner (Dmitri) no era ni una cosa ni la otra. Y el hermano intelectual interpretado por Richard Basheart (Iván) no contaba la historia del Gran Inquisidor. El genial escritor ruso fue miserablemente tratado por Hollywood. Lo reivindicaría Woody Allen, que, en varias de sus películas, no ocultó ni su devoción ni las referencias al autor de “Crimen y castigo”.
1958.- La gata sobre el tejado zinc.- Pero hombre Dickie, a quién se le ocurre llevar al cine esta ardiente pieza de Tennessee Williams, En el original, el protagonista masculino – Brick, Paul Newman – está enamorado de su amigo Skipper. En la película se prescindió del tal Skipper (se le menciona solo) y los ardores de Elizabeth Taylor se estrellaban ante la indiferencia de un Paul Newman con la pierna rota. Solución: Skipper no era un sarasa sino un tipejo indeseable, y una vez que Brick se lo contaba a Maggie caía rendido a sus pies. También Brooks renegó del film. No escarmentaba.
1961.- Dulce pájaro de juventud.- Decididamente el autor de grandes películas como “El fuego y la palabra”, “Lord Jim”, “Los profesionales”, “A sangre fría”, “Con los ojos cerrados” y “Buscando al señor Goodbar”, parecía tonto cuando se empeñaba con Tennessee Williams. Allí donde Elia Kazan (Un tranvía llamado deseo) o John Huston (La noche de la iguana), supieron burlar al temible código sin traicionar a Williams, Richard Brooks tropezó dos veces en la misma piedra. En el drama original, otra vez Paul Newman es el guapo ligón de un pueblo y tiene pocos escrúpulos. En consecuencia la moral puritana debe castigarlo. Y al final es nada menos que literalmente castrado. En el teatro, claro. Porque en la película una especie de ganzúa no le roza sus partes íntimas, solo le desfigura la cara. El film, como “La gata sobre el tejado de zinc”, fue un gran éxito de taquilla y le valió un justo Oscar a Geraldine Page en su encarnación de la avejentada actriz Alexandra del Lago (ridículo nombre, por cierto, pero no el único en el corpus teatral del homosexual convicto y confeso Tennessee Williams, asunto que a mí me es indiferente ya que no soy para nada homófobo). Que conste.
Michael Curtiz
1943.-Casablanca.- Como es sabido el guion de esta mítica película se improvisó sobre la marcha. De tal modo que la pobre Ingrid Bergman no supo hasta el último momento si se quedaba con su marido (Paul Henreid) o con su antiguo y reencontrado amante (Bogart). La moral y el patriotismo se impusieron, pero nadie que contemple tan romántica y bella obra puede creerse que la Bergman se marche con el soso del Laszlo y deje plantado al poderoso Rick. Encima éste les facilita la huida. Bueno, al final Bogart se queda con el muy picarón Claude Rains. Algunos han pensado mal de “esta gran amistad” que comienza. Yo no. Nunca pensaría que “Casablanca” es una película gay. El inspector de policía Louis es bajito y feo.
1954.- Sinueh el egipcio.- El despiporre. El novelón del finlandés Mika Waltari fue en su tiempo un auténtico best-seller que hoy está muy desacreditado. No es justo. Es una novela histórica no tan buena como las “Memorias de Adriano” o “Opus nigrum” de Marguerite Yourcenar, ni como los “Claudios” de Robert Graves, pero similar a “Juliano el Apóstata” de Gore Vidal. Y muy divertida. Curtiz, un gran artesano ni mejor que peor que Raoul Walsh (los dos tótems de la Warner) se fue a la Fox y le endilgaron un guion en el que la…..vivaracha Nefernefernefer (Bella Darvi, liada con Darryl F. Zanuck el productor) era menos vivaracha y el gran faraón Akenaton (el que impuso el monoteísmo) era débil y santurrón (a ello contribuye la blandengue interpretación de Michael Wilding, segundo esposo de Elizabeth Taylor), cuando en la realidad histórica, respetada por Waltari en parte, es un tipo duro y temible que además en tan antiguos tiempos vivió no pocos años, se cree que reinó 17, nadie se lo cargó, estuvo casado con la célebre Nefertiti (a la que Cecil B. de Mille desposó con Ramsés II en “Los diez mandamientos”) y murió de elefantiasis. Al margen de estas “licencias”, la película a mí me parece también muy divertida aunque diste de ser buena, salen Jean Simmons y Gene Tierney y posee un fabuloso color gracias al talento del gran operador Leon Shamroy.
Fin del Capítulo 1.- Continuará
Luzbel (no hay fuentes consultadas, es facilón, ejem, ejem)
Por orden de cineastas
El Código Hays se impuso en 1935 y duró hasta 1967
Richard Brooks
Uno de los directores que más sufrió le censura del Código Hays y que afectó a varias de sus películas.
1951 El milagro del cuadro.- Brooks era un autor, y muchas veces excelente, que justamente padeció las prohibiciones del Código Hays cuando no ejerció como tal. Esta fue su segunda película, un simple encargo que devino en un agradable film aventurero con Stewart Granger, Pier Angeli y George Sanders. Los cortes infligidos convirtieron su anécdota en casi incomprensible. Una lástima. Brooks renegó de la película, pero más bien fue una rabieta porque el protagonista era Stewart Granger, casado entonces con Jean Simmons de la que Brooks estaba enamorado. No paró hasta que le birló la esposa al protagonista de “Las minas del rey Salomón”.
1958 Los hermanos Karamazov.- Brooks, escritor y hombre de cierta cultura, estaba ilusionado con llevar al cine la obra maestra de Dostoyewski. Lo que le permitieron fue un ridículo pastiche en el que el rijoso y violento personaje de Yul Brynner (Dmitri) no era ni una cosa ni la otra. Y el hermano intelectual interpretado por Richard Basheart (Iván) no contaba la historia del Gran Inquisidor. El genial escritor ruso fue miserablemente tratado por Hollywood. Lo reivindicaría Woody Allen, que, en varias de sus películas, no ocultó ni su devoción ni las referencias al autor de “Crimen y castigo”.
1958.- La gata sobre el tejado zinc.- Pero hombre Dickie, a quién se le ocurre llevar al cine esta ardiente pieza de Tennessee Williams, En el original, el protagonista masculino – Brick, Paul Newman – está enamorado de su amigo Skipper. En la película se prescindió del tal Skipper (se le menciona solo) y los ardores de Elizabeth Taylor se estrellaban ante la indiferencia de un Paul Newman con la pierna rota. Solución: Skipper no era un sarasa sino un tipejo indeseable, y una vez que Brick se lo contaba a Maggie caía rendido a sus pies. También Brooks renegó del film. No escarmentaba.
1961.- Dulce pájaro de juventud.- Decididamente el autor de grandes películas como “El fuego y la palabra”, “Lord Jim”, “Los profesionales”, “A sangre fría”, “Con los ojos cerrados” y “Buscando al señor Goodbar”, parecía tonto cuando se empeñaba con Tennessee Williams. Allí donde Elia Kazan (Un tranvía llamado deseo) o John Huston (La noche de la iguana), supieron burlar al temible código sin traicionar a Williams, Richard Brooks tropezó dos veces en la misma piedra. En el drama original, otra vez Paul Newman es el guapo ligón de un pueblo y tiene pocos escrúpulos. En consecuencia la moral puritana debe castigarlo. Y al final es nada menos que literalmente castrado. En el teatro, claro. Porque en la película una especie de ganzúa no le roza sus partes íntimas, solo le desfigura la cara. El film, como “La gata sobre el tejado de zinc”, fue un gran éxito de taquilla y le valió un justo Oscar a Geraldine Page en su encarnación de la avejentada actriz Alexandra del Lago (ridículo nombre, por cierto, pero no el único en el corpus teatral del homosexual convicto y confeso Tennessee Williams, asunto que a mí me es indiferente ya que no soy para nada homófobo). Que conste.
Michael Curtiz
1943.-Casablanca.- Como es sabido el guion de esta mítica película se improvisó sobre la marcha. De tal modo que la pobre Ingrid Bergman no supo hasta el último momento si se quedaba con su marido (Paul Henreid) o con su antiguo y reencontrado amante (Bogart). La moral y el patriotismo se impusieron, pero nadie que contemple tan romántica y bella obra puede creerse que la Bergman se marche con el soso del Laszlo y deje plantado al poderoso Rick. Encima éste les facilita la huida. Bueno, al final Bogart se queda con el muy picarón Claude Rains. Algunos han pensado mal de “esta gran amistad” que comienza. Yo no. Nunca pensaría que “Casablanca” es una película gay. El inspector de policía Louis es bajito y feo.
1954.- Sinueh el egipcio.- El despiporre. El novelón del finlandés Mika Waltari fue en su tiempo un auténtico best-seller que hoy está muy desacreditado. No es justo. Es una novela histórica no tan buena como las “Memorias de Adriano” o “Opus nigrum” de Marguerite Yourcenar, ni como los “Claudios” de Robert Graves, pero similar a “Juliano el Apóstata” de Gore Vidal. Y muy divertida. Curtiz, un gran artesano ni mejor que peor que Raoul Walsh (los dos tótems de la Warner) se fue a la Fox y le endilgaron un guion en el que la…..vivaracha Nefernefernefer (Bella Darvi, liada con Darryl F. Zanuck el productor) era menos vivaracha y el gran faraón Akenaton (el que impuso el monoteísmo) era débil y santurrón (a ello contribuye la blandengue interpretación de Michael Wilding, segundo esposo de Elizabeth Taylor), cuando en la realidad histórica, respetada por Waltari en parte, es un tipo duro y temible que además en tan antiguos tiempos vivió no pocos años, se cree que reinó 17, nadie se lo cargó, estuvo casado con la célebre Nefertiti (a la que Cecil B. de Mille desposó con Ramsés II en “Los diez mandamientos”) y murió de elefantiasis. Al margen de estas “licencias”, la película a mí me parece también muy divertida aunque diste de ser buena, salen Jean Simmons y Gene Tierney y posee un fabuloso color gracias al talento del gran operador Leon Shamroy.
Fin del Capítulo 1.- Continuará
Luzbel (no hay fuentes consultadas, es facilón, ejem, ejem)