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Los errores médicos más comunes del cine y la televisión

Publicado: Jue, 03 Nov 2016, 14:11
por pp4
Las series y las películas han desarrollado durante años mitos en torno a la medicina y la anatomía que a día de hoy damos por ciertos, pero no se ajustan en absoluto a la realidad.


Inconscientes sin consecuencias
Posiblemente este sea el más repetido de todos, ya que es muy habitual que un personaje (especialmente en series y películas de acción) pierda el conocimiento después de enfrentarse a un enemigo, recibir una paliza o tener un accidente. Cuando esto ocurre, el personaje en cuestión suele recobrar la conciencia minutos, horas o incluso días después, como si no hubiera sucedido nada. En cambio, la realidad es que si pierdes el conocimiento durante varios minutos hay una alta probabilidad de que desarrolles un trauma cerebral.


Echar la cabeza hacia atrás cuando sangras por la nariz
Una escena muy recurrente es cuando nuestro actor o actriz de turno ha recibido un golpe en la nariz e inmediatamente comienza a sangrar. ¿Qué es lo primero que hace? Echar la cabeza hacia atrás para evitar que la sangre caiga sobre su cuerpo.
¡Error! Al echar la cabeza hacia atrás facilitamos que la sangre se traslade a nuestra garganta, incrementando el riesgo incluso de atragantarnos con la misma.


Cuidado con tragarte tu propia lengua
Parece mentira que este mito se haya extendido a la población como un hecho científicamente demostrado. En cine y televisión, cuando un personaje sufre un ataque epiléptico, el "listillo" de turno (generalmente alguien con conocimientos de medicina, o incluso un médico) acude raudo a colocar algo en la boca del enfermo para "evitar que se trague su propia lengua y muera asfixiado". En realidad, es imposible tragarse tu propia lengua, a no ser que esta haya sido previamente cortada y separada de tu boca. De hecho, introducir un objeto en la boca del enfermo podría provocarle lesiones y magulladuras al ejercer una presión incontrolada sobre este.


El milagro de la vida (es bella)
Después de un parto doloroso y repleto de resoplidos, somos testigos de la llegada al mundo de un precioso bebé de alrededor de 4 o 5 meses de edad (o incluso más), completamente limpio e incluso sonriente. A la escena le faltan arcoiris, prácticamente. En la realidad, el bebé llega en una mezcla de sangre, tejidos, líquidos e incluso excrementos. Pero, claro, eso no queda bonito.


Las inyecciones en el corazón que salvan vidas
Tanto en 'La Roca' como en 'Pulp Fiction' los personajes de Nicolas Cage y John Travolta, respectivamente, le salvaban la vida a un personaje inyectándole en el corazón la droga necesaria para reanimarle, en ambos casos adrenalina. Así, sin complejos. Desde el punto de vista dramático es impecable, pero en la realidad sería estúpido y peligroso, empezando porque inyectes donde la inyectes, cualquier sustancia llegará al corazón en cuestión de segundos si circula por la sangre. Lo de peligroso lo damos por hecho.


Los doctores que te esperan en la puerta
'Anatomía de Grey', capítulo 23, escena 3: los doctores reciben la noticia de un accidente de tráfico y esperan durante varios minutos a las puertas del hospital a que lleguen sus víctimas, mientras discuten y reflexionan sobre sus respectivas vidas privadas. Lo sentimos, pero eso no pasa nunca.


Succionar el veneno evita la muerte
Una serpiente pica a una víctima y casualmente hay un "Frank de la Jungla" cerca para extraer rápidamente el veneno de su piel succionando la herida. No solo es estúpido porque la persona que succiona se vaya a envenenar también (aunque la probabilidad sea menor) sino porque el veneno llega directamente a la sangre de la víctima y se extiende a una gran velocidad, luego es imposible detenerlo. Además, el remedio podría ser incluso peor que la enfermedad al poner en contacto las bacterias de la boca de una persona con una herida abierta de otra.


Disparar para herir, no para matar
Hay series y películas con protagonistas que son expertos en armas de fuego y en disparar con mucho swag, como John Reese de 'Person of Interest', tan diestro con las armas que es capaz de disparar en el lugar adecuado para no causar heridas mortales en sus víctimas, como por ejemplo en sus brazos o en sus piernas.
No obstante, aunque hay menos probabilidades de acabar con la vida de alguien disparando ahí que en su torso o su cabeza, lo cierto es que por nuestras extremidades también circulan conductos sanguíneos que, al romperse, pueden causar una terrible hemorragia que podría acabar con su vida si no se trata con rapidez.


La eficacia de la reanimación cardiopulmonar
Solo hay una cosa en la que aciertan la mayoría de las series y las películas: la reanimación cardiopulmonar no suele dar resultado en la mayoría las ocasiones. Sí suelen meter la pata en el caso de haber logrado este objetivo, ya que la víctima simplemente despierta como si no hubiera pasado nada. Si no, recordemos 'Los vigilantes de la playa'.
La realidad es que hay una mayor probabilidad de romper las costillas o de causar lesiones internas en el paciente que de reanimarle con vida (sí, tiene que estar en parada cardíaca, algo que en 'Emergencias' no entendían).


Sacar un cuchillo de tu cuerpo de golpe para evitar la muerte
¿Cuántas veces hemos visto al héroe o heroína de turno sacarse a la fuerza un cuchillo de su cuerpo como quien se quita una espinilla? No hace falta saber de anatomía, ya que basta tener un poco de lógica, para darse cuenta de que aunque el mayor daño (al fin y al cabo, el cuerpo estaba sano antes de todo) se hace al clavar el cuchillo, al quitarlo de golpe provocaríamos una grave hemorragia que a corto plazo sería incluso más mortal que tener un cuchillo dentro del cuerpo. Eso si tuvieras fuerza para hacerlo, lo que ya de por sí es increíble.


El milagroso desfibrilador
No hay nada más impresionante en un drama médico que la escena del desfibrilador, cuando la vida del paciente pende de un hilo, su corazón ya no palpita y solo le puede salvar la vida ese llamativo mecanismo y la entereza de Meredith Grey ante la tragedia.
La triste realidad es que los desfibriladores solo se utilizan ante paradas cardíacas cuando el ritmo cardíaco del paciente es anormal y peligroso para su salud, no cuando deja de haber actividad cardíaca en su totalidad. Al contrario de lo que hemos visto en tantas escenas en televisión, un desfibrilador no es el mecanismo recomendado para corregir un electrocardiograma plano, siendo las primeras opciones la reanimación cardiopulmonar o una inyección de argipresina.