Adiós a Tomás Milián, leyenda del spaghetti western
Publicado: Lun, 27 Mar 2017, 10:33
A los Tomás Milián ya ha colgado definitivamente las pistolas. El actor ha muerto a los 84 años dejándonos una ristra de westerns legendarios.
El camino por el que Tomás Milián llegó a cabalgar por Almería y a convertirse en una leyenda del spaghetti western fue algo tortuoso. En realidad se llamaba Tomás Quintín Rodríguez y nació en La Habana el 3 de marzo de 1933, hijo de un militar que se quitó la vida de un tiro ante sus propios ojos, en 1945. De ahí saltamos a un cine en el que vio 'Al este del Edén' (Elia Kazan, 1955). Supo entonces que quería ser actor y se apuntó al célebre Actor's Studio, donde se convirtió en un actor de método, que intervino en algunas obras de Broadway hasta que Mauro Bologni se lo llevó a Italia, donde emprendió una fructífera carrera con la que transitó por todos los géneros.
Debutó pues a las órdenes de Bologni en 'La notte brava' (1959), adaptación de una novela de Pasolini por el propio Pier Paolo. Y siguieron un centenar de títulos. Entre ellos hay westerns legendarios como 'El precio de un hombre', del español Eugenio Martin (1966); 'Cara a Cara' (1967), 'El halcón y la presa' (1967) y 'Corre, Cuchillo, corre' (1969) -las tres de Sergio Sollima-; 'Oro Maldito', de Giulio Questi (1967); 'Tepepa', de Giulio Petroni (1968); 'Los compañeros', de Sergio Corbucci (1970), 'Los cuatro del Apocalipsis', de Lucio Fulci(1975), o la más paródica, ya en la decadencia del género, 'El blanco, el amarillo y el negro' (1975), también de Corbucci. Milián solía encarnar el personaje de indomable forajido, luego se pasó al poliziesco, a menudo a las órdenes de Umberto Lenzi, e incorporando personajes recurrentes como el pequeño delincuente Er Monnezza o el detective Nico Giraldi.
En más medio siglo de carrera, Tomás Milián participó en toda clase de films, de 'Boccaccio 70' (1962) a 'Traffic' (Steven Soderbergh, 2000), pasando por 'Le soldatesse' (Valerio Zurlini, 1965), 'El tormento y el éxtasis' (Carol Reed, 1965), 'La luna' (Bernardo Bertolucci, 1979), 'JFK' (Oliver Stone, 1991) o 'Amistad' (Steven Spielberg, 1997), aunque su huella la dejó principalmente en el western. De hecho, acababa de encarnar al legendario Cuchillo junto a Franco Nero en 'Keoma Rises', de Enzo G. Castellari.
El camino por el que Tomás Milián llegó a cabalgar por Almería y a convertirse en una leyenda del spaghetti western fue algo tortuoso. En realidad se llamaba Tomás Quintín Rodríguez y nació en La Habana el 3 de marzo de 1933, hijo de un militar que se quitó la vida de un tiro ante sus propios ojos, en 1945. De ahí saltamos a un cine en el que vio 'Al este del Edén' (Elia Kazan, 1955). Supo entonces que quería ser actor y se apuntó al célebre Actor's Studio, donde se convirtió en un actor de método, que intervino en algunas obras de Broadway hasta que Mauro Bologni se lo llevó a Italia, donde emprendió una fructífera carrera con la que transitó por todos los géneros.
Debutó pues a las órdenes de Bologni en 'La notte brava' (1959), adaptación de una novela de Pasolini por el propio Pier Paolo. Y siguieron un centenar de títulos. Entre ellos hay westerns legendarios como 'El precio de un hombre', del español Eugenio Martin (1966); 'Cara a Cara' (1967), 'El halcón y la presa' (1967) y 'Corre, Cuchillo, corre' (1969) -las tres de Sergio Sollima-; 'Oro Maldito', de Giulio Questi (1967); 'Tepepa', de Giulio Petroni (1968); 'Los compañeros', de Sergio Corbucci (1970), 'Los cuatro del Apocalipsis', de Lucio Fulci(1975), o la más paródica, ya en la decadencia del género, 'El blanco, el amarillo y el negro' (1975), también de Corbucci. Milián solía encarnar el personaje de indomable forajido, luego se pasó al poliziesco, a menudo a las órdenes de Umberto Lenzi, e incorporando personajes recurrentes como el pequeño delincuente Er Monnezza o el detective Nico Giraldi.
En más medio siglo de carrera, Tomás Milián participó en toda clase de films, de 'Boccaccio 70' (1962) a 'Traffic' (Steven Soderbergh, 2000), pasando por 'Le soldatesse' (Valerio Zurlini, 1965), 'El tormento y el éxtasis' (Carol Reed, 1965), 'La luna' (Bernardo Bertolucci, 1979), 'JFK' (Oliver Stone, 1991) o 'Amistad' (Steven Spielberg, 1997), aunque su huella la dejó principalmente en el western. De hecho, acababa de encarnar al legendario Cuchillo junto a Franco Nero en 'Keoma Rises', de Enzo G. Castellari.