Muere el director de cine Jonathan Demme
Publicado: Jue, 27 Abr 2017, 10:41
Dirigió El silencio de los corderos y Philadelphia, pero también Heart of Gold o Stop Making Sense, obras maestras del rock en el cine. Humanista, viajero, cinéfilo, de una educación exquisita en el trato con quien le rodeaba, gastrónomo, y sobre todo y ante todo amante de la música. Contó con amigos por medio mundo, entre ellos Pedro Almodóvar, Bernardo Bertolucci, Laurie Anderson y Chema Prado, exdirector de la Filmoteca Española. Por supuesto, David Byrne y Neil Young. Porque Demme, que falleció ayer en su apartamento de Manhattan a los 73 años víctima de un cáncer de esófago
Jonathan Demme nació en Baldwin (Nueva York) en febrero de 1944. Hijo de un ejecutivo de relaciones públicas, se licenció en la Universidad de Florida y empezó en el mundo del cine –como muchos otros directores y actores de su generación- en la productora de Roger Corman, para el que dirigió tres películas. Logró cierta resonancia crítica, que confirmó con Melvin y Howard (1980), una pequeña película sobre la relación entre un perdedor y el excéntrico millonario Howard Hughes, que ganó dos oscars. Mientras se convertía en uno de los más solicitados directores de vídeos musicales para Talking Heads, UB40, New Order, realizó la desafortunada película con Goldie Hawn Chicas en pie de guerra (acabó enfrentado a la estrella)
A lo largo de su carrera, Demme tuvo gran ojo con los actores. En Algo salvaje (1986) sacó el lado más gamberro de Melanie Griffith; en Casada con todos (1988) exprimió a Michelle Pfeiffer, y resucitó la carrera de Anthony Hopkins y catapultó la de Jodie Foster con El silencio de los corderos.
El silencio de los corderos merece un aparte. En 1991 se llevó los cinco oscars principales (Película, dirección, guion, actor y actriz), la tercera y última vez que se ha logrado este repóquer
“Cuando ganas el Oscar, durante un tiempo la gente cree que sabes lo que estás haciendo”, contaba. “Para mí, El silencio de los corderos fue la llave para convencer a los grandes estudios para hacer películas que de otro modo nunca habrían financiado”. Y así consiguió que un gran estudio financiara una película sobre el sida (Philadelphia) y otro un filme sobre la esclavitud (Beloved).
Jonathan Demme nació en Baldwin (Nueva York) en febrero de 1944. Hijo de un ejecutivo de relaciones públicas, se licenció en la Universidad de Florida y empezó en el mundo del cine –como muchos otros directores y actores de su generación- en la productora de Roger Corman, para el que dirigió tres películas. Logró cierta resonancia crítica, que confirmó con Melvin y Howard (1980), una pequeña película sobre la relación entre un perdedor y el excéntrico millonario Howard Hughes, que ganó dos oscars. Mientras se convertía en uno de los más solicitados directores de vídeos musicales para Talking Heads, UB40, New Order, realizó la desafortunada película con Goldie Hawn Chicas en pie de guerra (acabó enfrentado a la estrella)
A lo largo de su carrera, Demme tuvo gran ojo con los actores. En Algo salvaje (1986) sacó el lado más gamberro de Melanie Griffith; en Casada con todos (1988) exprimió a Michelle Pfeiffer, y resucitó la carrera de Anthony Hopkins y catapultó la de Jodie Foster con El silencio de los corderos.
El silencio de los corderos merece un aparte. En 1991 se llevó los cinco oscars principales (Película, dirección, guion, actor y actriz), la tercera y última vez que se ha logrado este repóquer
“Cuando ganas el Oscar, durante un tiempo la gente cree que sabes lo que estás haciendo”, contaba. “Para mí, El silencio de los corderos fue la llave para convencer a los grandes estudios para hacer películas que de otro modo nunca habrían financiado”. Y así consiguió que un gran estudio financiara una película sobre el sida (Philadelphia) y otro un filme sobre la esclavitud (Beloved).