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En mi casa tele tele se ve poco,salvo para las pelis de mis niños o un partido que den en abierto que cada vez son menos. .hace mucho que no se que fue de algunos canales porque deje de entender para que servian...lastima da de cuanta gente hay enganchados a ellos,graciassss
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Vano intento el tratar de definir el cine más allá de las siempre posibles e insuficientes características técnicas. El cine, como la pintura o la música, admite una clasificación ortodoxamente científica de aquella tecnologías que hace posible el que veamos una pantalla animada con imágenes o dibujos. Fácil es tambien describir un rodaje, relatar como se hace una película o qué es necesario para realizar una película, empezando por el dinero. Lo que se me antoja imposible es una definición sensitiva del cine. Hemos podido leer apuntes sobre el método de trabajo de Ingmar Bergman o de John Ford, por mentar dos cineastas que se ubican antagónicamente. La metodología del artista o del artesano es terreno frecuentado por aburridos eruditos y contumaces especialistas en esa aventurada disciplina a la que se ha dado en llamar crítica y de la que huí hace ya muchos años. Interpretación, lectura, significado.....son palabras inexorablemente abocadas a la subjetividad. Todos los que escribimos sobre cine somos subjetivos y víctimas de nuestras filias y nuesdtras fobias. Tenemos cerrado, por lo menos bajo las siete llaves del sepulcro del Cid, el camino que conduce a la objetividad, y el candado es irrompible en cuanto que sella la verdadera intencionalidad o necesidad del autor o el artesano.
Debería utilizar, con premeditación y alevosía, la mayúscula al escribir cine, como cualquier gacetillero de usar y tirar cuando cree que se acerca al arte. Porque observo que muchos intelectuales, o aspiranmtes a tal categoría, todavía no se han enterado de que el cine no es el hijo borde, feo y autista de la Gran Madre Literatura. La mentada bastardía se asienta en la extrema humildad - excepto los más flagrantes ejemplos de cine de autor - de la aparición del cine a finales del siglo diecinueve hasta nuestros días. Respecto a la fealdad y la oligofrenia, es cuestión de volver la oración por pasiva. El pretendido intelectual que solo acierta a ver en el cine un producto más de la sociedad de consumo o un pasatiempo más o menos estúpido. es, con indulgencia plenaria, un individuo anacrónico, alguién que no quiere vivir su tiempo y se refugia en su imaginada torre de marfil, un conservador asaz cretino.
Al cine se le ha querido afincar en terrenos previamente acotados: fábrica de sueños, asilo de soledades, miserabilismo neorrealista, expresionismo, vanguardia, barroquismo, austeridad, modernismo, posmodernismo. ¿Importa eso a las plateas o a los espectadores de sillón y televisor?. Me temo que poco o nada. ¿Tienen sentido en el cine el progresismo o el conservadurismo?. Olvidamos que Borges fue un escritor fabuloso al que le gustaban los generales golpistas (Pinochet), Dalí un enorme pintor que entonó loas a Franco y John Ford un extraordinario cineasta al que flipaban los uniformes. Es conveniente acercarse al cine libre de prejuicios, con independencia y, a la vez, con nuestra personal y nada dogmática perspectiva. El cine es siempre industria y a veces arte. El cine, eso sí, es un vicio y/o virtud cultural que puede ayudarnos a vivir siempre que no confundamos el cine con la vida. Y es claro que al revés que el protagonista de "Antes de la revolución" de Bertolucci "se puede vivir sin Rossellini. A cada cual su película y todos contentos. Gracis y saludos.
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