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El canon de Susan Sontag
![]() ![]() Re: El canon de Susan SontagLA TRILOGÍA DE APU
Considerada por la gran escritora estadounidense, y eximia cinéfila, Susan Sontag como el mayor monumento cultural que ha aportado el cine, y a punto de ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco – honor que compartiría con “Metrópolis de Fritz Lang y “Los olvidados” de Luis Buñuel - la llamada Trilogía de Apu está formada por tres películas que pueden verse independientemente, aunque lo ideal es verlas seguidas. Ray dependió de productores y, por ejemplo, entre la segunda – “Aparajito” (1956, León de Oro en el Festival de Venecia) y la tercera “Apu Sansar” (1959) – realizó la extraordinaria “Jalsaghar” (El salón de música, 1958). De todas las visiones evocadas por la trilogía sobre Apu, la que mayor impresión causa es la del ciclo de la vida y la muerte. “Pather Panchali”, “Aparajito” y “Apu Sansar”, cuentan la vida de una pequeña familia hindú a lo largo de tres generaciones. Los protagonistas comparten las emociones, los miedos y las alegrías de la mayoría de las familias rurales de baja clase media, casta cercana a “los intocables”. La vida y la muerte van de la mano, e incluso las esperanzas más modestas terminan agostándose y muriendo. En Pather Panchali, la tía del padre de Apu, de avanzada edad, espera su siguiente reencarnación. En la India, 1954-55, los ancianos son considerados casi como niños, pues hay que ocuparse ellos, ya que han perdido capacidad de movimientos y, por tanto, independencia. Según se aproxima la muerte de la vieja tía, ésta empieza a descubrir una afinidad con la pequeña Durga que le regala frutas robadas. Durga y su hermano Apu se han peleado, y cuando acuerdan una tregua, Ray intercala la escena de la anciana tía que está bebiendo agua en su agonía, considerándola como un elixir de vida. Su muerte une finalmente entre sí esas dos escenas paralelas, y se produce tan abruptamente como la reconciliación entre los dos hermanos. Cuando Durga entra en la cabaña de su tía-abuela sigue pensando en el tren (que ha visto por primera vez) y en la pelea con Apu. Una mosca vuela alrededor del cadáver de la anciana y se escucha a un vendedor de dulces pregonar su mercancía en la calle. Mientras Durga contempla el cuerpo muerto, se ve de repente como su tía abuela, una mujer anciana a la que nadie quiere ni hace caso, en una sociedad dominada por los hombres, y se siente horrorizada ante la idea. Pasan unos cuantos años pero a Durga sigue gustándole gastar bromas a su hermano. Un día los dos se ven atrapados por un monzón. Apu busca cobijo, pero Durga se empapa completamente y cae enferma. Posteriormente muere, mientras en las calles se celebra la fiesta en honor de una diosa, y, según, se van acallando los ruidos de la misma se va extinguiendo la vida de la muchacha, que se llama igual que la diosa. En la segunda parte de la trilogía, Harihar, el padre de Apu, muere también durante el transcurso de una ceremonia religiosa. En la ciudad de Benarés se está celebrando la fiesta Diwaii, que exalta el triunfo del bien sobre el mal, y los gritos de alegría llegan hasta la casa en la que Harihar y su hijo están hablando por última vez. La vida de Apu parece abrirse a nuevas esperanzas y perspectivas, pero Harizar está físicamente agotado y, según avanza la noche y se va consumiendo el candil (secuencia de increíble belleza), se hunde lentamente en la Eternidad. La última parte de la trilogía cuenta la muerte de otro ser querido de Apu, esta vez su esposa, Aparna, que fallece durante el parto, lo que lleva a Apu a rechazar a su hijo recién nacido. No obstante, poco a poco, lo va aceptando, al tiempo que acepta la desaparición de su mujer y, finalmente, decide ayudar a buscar a su hijo camino en un mundo que le ofrezca mayores oportunidades de las que se le ofrecieron a él. La trilogía sobre Apu se ha comparado frecuentemente con la realizada por Mark Donskoi sobre el escritor ruso Gorki. De hecho el propio Ray reconoció la influencia de Donskoi en su obra. Pero le superó ampliamente, porque también asimiló los clásicos de la lieteratura hindú, como el poema “Shakuntala”, así como la forma de mostrar la vida rural de las películas de Flaherty. “Pather Panchali” fue rodada sin el menor estímulo por parte de los contemporáneos de Ray. La mayoría de los cineastas hindúes de la época estaban muy ocupados llevando a la pantalla una sociedad sintética y que no existía en la realidad. Su argumentación justificativa era la de que la mayoría de los habitantes de la India llevaban unas vidas miserables y llenas de privaciones y que, por tanto, había que ofrecerles algún tipo de solaz y entretenimiento. Ray se negó a buscar refugio en ese mundo de fantasías. Inspirándose en el neorrealismo de De Sica, Visconti y Rossellini, Ray tomo como base de la trilogía, la novela “Pather Panchali” de Bibthutibhusan Bandaparddhaya, centrada en una familia de Bengala, y logró captar en sus imágenes la belleza del campo, pero también la pobreza y la opresión y la lucha por la supervivencia. Como todas las obras de arte auténticas, la Trilogía de Apu es tan universal como intemporal. Tan viva en la India de los años 50 como en Occidente en la actualidad.
![]() ![]() ![]() Re: El canon de Susan SontagBuhh cuantas listas. Coincidimos en muchas y me faltan algunas pero es normal.
Solo 2 apuntes: Me extraña que no tengas ninguna de Vajda entre las españolas, mi preferida Mi tio Jacinto . Y entre tus favoritas adoro El Angel exterminador, Cuentos de Tokio o La regla del Juego etc..., pero (no te enfades) El gatopardo, y llevo 3 intentos, no me convenció nunca.
![]() ![]() Re: El canon de Susan SontagNo te creas que a mi lo de las listas me gusta demasiado. Por supuesto que me gustan "Mi tío Jacinto", y "El cebo", pero ya puse demasiadas pelis españolas. Respecto a "El gatopardo" hay dos versiones, la de la Fox que no alcanza las 2 horas y media y la original italiana, la única que admitió Visconti, que se acerca a las 3 horas y media e incluso el color es distinto y mucho más bello. Esa es la película que más me ha gustado en mi vida lo que no quiere decir que sea la mejor. Pienso que no existe la mejor película de la historia del cine, ni la mejor novela, ni la mejor pieza musical, ni el mejor cuadro. Para mí no existe nunca lo mejor, solo lo que en nuestro subjetivismo más nos gusta. Simone de Beauvoir escribió que cuando oía la palabra objetividad se echaba a correr. Totalmente de acuerdo con la gran escritora de "El segundo sexo". Cordiales saludos.
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