Pero últimamente los cementerios se han convertido en opciones atractivas e innovadoras para hacer turismo, ya sea por su riqueza artística, que se denota en las esculturas y mausoleos, por las historias que se cuentan sobre ellos, por los personajes a los que alberga o simplemente por la excentricidad de los mismos.
Empezando por el Cementerio de Highgate, en Londres, este lugar alberga los restos de varias celebridades inglesas, pero ese no es su único atractivo, en su interior se puede apreciar como la naturaleza se funde con los monumentos además de poder vislumbrar toda la riqueza y diversidad de fauna que la habita.

En Japón, específicamente en la zona boscosa de la prefectura de Wakayama al sur de Kioto y Osaka se encuentra un cementerio llamado Okunoin, siendo el más grande de ese país, ya que cuenta con más de 200.000 tumbas, de diferentes tamaños, formas y épocas, muchas de estas pertenecientes a monjes budistas. Al igual que el Cementerio de Highgate, se puede apreciar como la naturaleza ha ido imponiéndose por encima de los enormes bloques de monolito y las diversas esculturas budistas.

Dentro de una iglesia Romana administrada por monjes capuchinos se encuentra esta lúgubre cripta decorada con los huesos de más de 4000 monjes de la misma congregación. En este osario se pueden apreciar criptas, ornamentos y relieves hechos enteramente con osamentas, algunos permanecen completos e intactos, ataviados con las vestimentas propias de estos religiosos.

Otro lugar similar es la Capilla de los huesos ubicada en la ciudad de Evora en Portugal, otro osario en la que las osamentas forman parte principal de la decoración, exhumados de los cementerios de la ciudad durante el S XVI. En una de sus capillas se puede apreciar una inscripción que dice: “Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos”.

En La Habana hay alrededor de 21 cementerios, pero el de Colón, situado en el barrio del Vedado, es el mayor de ellos donde se entierra a 8 de cada 10 habaneros que fallecen. Tras cruzar la impresionante puerta de entrada de estilo bizantino, el visitante penetra en una especie de pequeña ciudad de calles amplias pobladas por 56.000 mausoleos aproximadamente.

En Rumania el colorido arte del cementerio de Sapantza resulta sorprendente, y por ello se ha convertido en uno de los más peculiares del mundo. En las lápidas de los fallecidos, además del nombre y la fecha de defunción, figura también un epitafio y un dibujo que cuenta algún hecho característico de sus vidas.

En Praga en el barrio de Josejov se esconde este pequeño cementerio de una hectárea de superficie en el que hay enterrados unos 100.000 judíos con un total de 12.000 lápidas. Una de sus particularidades que más destaca es la cantidad de lápidas acumuladas, ya que debido a la costumbre judía que no permite eliminar antiguas tumbas a lo largo del tiempo se ha ido enterrando a los nuevos difuntos sobre de los anteriores.

El Cementerio de Tulcán, denominado oficialmente como "José María Azael Franco Guerrero" en el 2005, las tumbas blancas de este cementerio ecuatoriano contrastan con el profundo verde de los cipreses moldeados que las envuelven y las protegen del viento. El árbol funerario por excelencia, el ciprés, toma un nuevo protagonismo en este camposanto de la mano de Azael Franco, fallecido en 1985. Desde 1936 han emergido de las tijeras de este hábil jardinero innumerables figuras de animales, dioses incas y mayas y figuras egipcias, griegas y romanas que han otorgado a los cipreses, siempre asociados al dolor de la muerte, un renovado papel de decoración.

Cuando en 1899 las autoridades francesas aprobaron una nueva ley según la cual los cuerpos de las mascotas fallecidas no podían ser enterrados en cualquier lugar ni abandonados, se creó el Cimetière des Chiens (Cementerio de Perros). Esta iniciativa liderada por la periodista Marguerite Durand fue un éxito y actualmente cuenta con las tumbas de 40.000 animales; perros y gatos, pero también gallinas, monos, cerdos, caballos, etc. Algunas de las mascotas difuntas, además de guardar seguramente una profunda historia de amor, son también célebres, como el perro Rin Tin Tin o el gato de Alexandre Dumas.

Al sur de la ciudad de Berlín y durante el siglo XIX, las personas que querían quitarse la vida en muchas ocasiones decidían lanzarse al río Havel. El problema era que muchos de los cadáveres se quedaban varados en los meandros del río y, debido a que no podían ser enterrados en un cementerio cristiano por su pecado, se convirtieron en un problema para las autoridades. Éstas encontraron la solución en el bosque de Grunewald, el cual acabaría convirtiéndose en el cementerio de los suicidas. En 1878/79 se decidió enterrar a los muertos en un claro del bosque cerca de donde fueron encontrados. La entrada más antigua que se conserva es, la que informó sobre el funeral de un cerrajero de 22 años, data del 22 de enero de 1900. Se corrió la voz y los familiares de los suicidas se dirigian al jefe forestal o simplemente enterraban a sus muertos en el bosque.

Aqui os dejo unas cuantas tumbas de lo mas extravagante a lo mas tetrico.
Jesucristo balancea a esta pequeña niña en un columpio suspendido de sus propias manos. Para algunos resulta una conmovedora y tranquilizante escena, sin embargo, hay otros quienes la consideran perturbadora.

Ubicada en Rusia, el afamado escritor León Tolstói se encuentra dentro de ella. Obviamente, la idea surgió de sí mismo, quien dejó por escrito en su testamento las más explícitas indicaciones sobre la forma en que debería realizarse su sepelio y la configuracion de su tumba, procurando que fuese escogido un majestuoso paisaje natural donde se respirara la paz de la naturaleza y donde las personas disfrutaran del maravilloso lugar.

Esta lapida es bastante exclusiva, diseñada para la tumba del británico Steve Marsh. Podría parecer algo ostentosa o fuera de lugar, pero en realidad hace honor a lo que fuese en vida este hombre, gran fanático de los automóviles de lujo.

Protección extra por si acaso, esta tumba, diseño de la época victoriana, estaba destinada a evitar que los muertos se escaparan. Ya sabes, por si acaso fueran zombis o vampiros.

El Taj Mahal es la tumba que requirió la mayor mano de obra de toda la historia, construida con materiales costosos, entre ellos, jade de China, mármol blanco de Jodhpur, cristal del Tíbet y joyas de países como Rusia , Egipto, y Afganistán. Costó 22 años terminarla, el propósito era rendirle tributo a la memoria de la esposa favorita del príncipe Shahbuddin Mohammed, la princesa Arjumand Mumtaz Mahal.

Todo con tal de mostrarle cuanto la amaba aún después de la muerte.
